La arquitectura no es sólo una presencia visual, sino una realidad sensorial y experiencial. Cuenta la dimensión inmaterial de la vida que implica a los cinco sentidos. Los sonidos, la música y los olores viajan más allá de los confines del hogar, llegando hasta España.
El espacio doméstico se reinterpreta en clave abstracta. Recintos caracterizados por diferentes colores y materialidad se insertan dentro de las habitaciones creando una segunda piel.
Lo que se imagina es un espacio escenográfico y dramatúrgico que relata momentos domésticos. Rituales cotidianos, usos del espacio y costumbres son el punto de partida de un proyecto que explora nuevos aspectos de la vida contemporánea.